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Unas decisiones de diseño correctas pueden facilitar el proceso de limpieza de una sauna y garantizar que la instalación siga siendo eficiente y sostenible a largo plazo.

Las saunas se asocian a una cierta conexión con la naturaleza y el autocuidado y como parte de una zona de bienestar, una sauna sigue siendo una inversión clave para atraer a clientes que priorizan estos valores. Sin embargo, es una instalación sobre la que suelen surgir muchas preguntas y una de las cuestiones que plantea más dudas es cómo limpiar una sauna.

Las medidas de limpieza de una sauna no sólo son importantes por razones higiénicas, también garantizan que la instalación dure más y requiera operaciones de mantenimiento menos intensas y costosas. Vamos a repasar las principales medidas de limpieza de una sauna para que la experiencia del cliente sea perfecta.

El contexto de la sauna: una opción de bienestar tradicional, pero muy demandada

Las saunas siguen siendo una de las instalaciones de bienestar más populares en balnearios, centros de bienestar, clubes deportivos, hoteles, complejos turísticos y propiedades residenciales.

Proporcionan una serie de importantes beneficios para la salud, como los relacionados con el cuidado de la piel, la relajación muscular y la desintoxicación. Esto se debe principalmente al calor generado en la sauna, que tiene importantes influencias positivas en el cuerpo humano, como la liberación de toxinas a través del sudor, la reactivación de la circulación sanguínea y la mejora de la respiración.

Para saber cómo limpiar una sauna hay que fijarse en los materiales empleados en su fabricación, y observamos que la madera es el componente principal. Para garantizar un aislamiento adecuado y añadir un diseño atractivo, elegir el tipo de madera adecuada para la sauna es un aspecto fundamental.

Dependiendo de la humedad interior, una sauna puede ser húmeda o seca. La llamada sauna húmeda (donde las temperaturas no superan los 70º C y la humedad relativa ronda el 100%) también se conoce como baño turco o baño de vapor. La sauna seca (con temperaturas entre 80º y 100°C y una humedad inferior al 20%) se conoce como sauna finlandesa.

Aparte de estos tipos tradicionales de saunas, existen muchos otros, como los baños tropicales, las biosaunas, las saunas rusas, las saunas de sal o las saunas de infrarrojos, que al mismo tiempo pueden ser de interior o de exterior.

Independientemente del tipo de sauna, hay algo que todas estas instalaciones tienen en común: la limpieza es esencial para garantizar una experiencia de bienestar perfecta.

Cómo limpiar una sauna

Hay varios factores que pueden influir en la frecuencia de limpieza de una sauna. No obstante, si la sauna se utiliza con bastante regularidad, la recomendación es limpiarla al menos una vez a la semana.

Aunque pueda parecer que la limpieza de una sauna requiere protocolos u operaciones complejas, en realidad es tan sencillo como seguir algunos pasos específicos que garanticen una higiene total. Si se hacen correctamente, estas operaciones también pueden prolongar el ciclo de vida de la sauna y mantenerla en condiciones ideales para una experiencia de bienestar perfecta.

Estas son algunas de las acciones clave para limpiar bien la sauna:

1. Barrer y aspirar la suciedad superficial

Este es el primer paso para limpiar una sauna: barrer y aspirar la suciedad de la superficie para eliminar las partículas sueltas que puedan encontrarse en el suelo o adheridas a la madera. Para ello, utiliza primero una aspiradora y, a continuación, barre las partículas restantes de las zonas de difícil acceso.

Durante esta operación, asegúrate de que ni la aspiradora ni la escoba estén fabricadas con materiales que puedan dañar o rayar la madera.

2. Frotar y eliminar la suciedad o las manchas de sudor

Una vez eliminada la mayor parte de la suciedad, es importante empezar a limpiar la madera y las zonas de la sauna.

Con un paño húmedo o una esponja, arrastra y elimina los restos de suciedad de la zona. Se recomienda usar detergentes suaves o productos naturales (como pasta de bicarbonato o vinagre y agua tibia). Pulveriza el producto uniformemente sobre la superficie de madera para asegurarte de que permanece húmeda durante al menos 3 minutos y deja actuar el producto elegido. A continuación, utiliza un paño limpio para frotar las manchas, aclara la superficie y déjala secar.

Puede utilizarse papel de lija para manchas especialmente persistentes. Después, también se recomienda aclarar con agua. Además, como medida preventiva, se recomienda que los usuarios utilicen toallas al sentarse, evitando así manchas de sudor en las superficies de asiento.

3. Desinfectar las zonas de ventilación y el resto de la instalación.

Las operaciones relativas a la limpieza de la sauna no sólo consisten en limpiar las zonas de asiento, también hay que ocuparse de las zonas interiores y los accesorios, lo cual incluye quemadores, piedras o calefactores eléctricos.

De nuevo es aconsejable utilizar productos naturales, como el zumo de limón, para esta operación: exprime el zumo y utiliza una esponja para frotar la superficie deseada. A continuación, utiliza agua para aclararla y déjala secar.

4. Incorporar aromas

Aunque es importante utilizar productos químicos, éstos tienen un inconveniente: producen un olor desagradable. Para evitarlo, incorpora un último paso a la rutina de limpieza de la sauna y utiliza aromas para eliminar todo tipo de olores desagradables y generar un ambiente acogedor.

5. Realizar comprobaciones rutinarias de mantenimiento

Una vez finalizada la limpieza de la sauna, es aconsejable realizar operaciones de mantenimiento periódicas para comprobar que todo está en orden y funciona correctamente. Los quemadores, las piedras o los calefactores eléctricos son componentes cruciales de una sauna, en parte porque también son la principal fuente de consumo energético. Por eso es importante revisarlos y limpiarlos periódicamente, para evitar que se acumulen partículas de suciedad.

El mantenimiento de la madera: un elemento clave en la limpieza de la sauna

Como ya se ha mencionado, la mayoría de las saunas son de madera, ya que este material garantiza el aislamiento adecuado necesario para el entorno de una sauna.

Dado que la exposición a altas temperaturas y a la humedad puede afectar su integridad y su aspecto, la madera requiere un tratamiento específico y un mantenimiento regular. Por un lado, las fluctuaciones de temperatura pueden provocar grietas en la madera, mientras que, por otro, el vapor puede acabar oscureciendo algunos materiales con el paso del tiempo.

Consideraciones clave sobre cómo limpiar la superficie de madera de una sauna:

  • Para prolongar la vida útil de este material es esencial proteger las superficies de madera de la sauna antes de utilizarlas empleando un producto conservante de la madera transpirable. Este producto puede ser a base de aceite o cera, y existen opciones tintadas. Su principal función es mejorar la resistencia de la madera a la suciedad y la humedad, facilitando su limpieza. Además, proporciona un tono más vivo a la madera.
  • Como ya se ha mencionado, las saunas deben limpiarse con regularidad y es importante tener en cuenta que los desinfectantes no son adecuados para la limpieza de la madera, ya que pueden blanquearla y causar daños irreversibles en su superficie. También deben evitarse los equipos de limpieza a presión, ya que la presión y la humedad excesiva pueden dañar permanentemente la estructura y la superficie de la madera.
  • Se pueden aplicar productos especiales para la protección antisuciedad longitudinalmente sobre la madera.
  • Deja los calefactores encendidos durante al menos media hora con la rejilla de ventilación abierta y la puerta y las ventanas cerradas. Deja que las superficies se sequen después de limpiar la sauna garantizando una buena ventilación.
  • Recomienda a los usuarios que no lleven bañadores mojados en la sauna, ya que dañarían el banco. Las fundas de asiento son una buena solución para proteger esta zona.
  • Si es posible, levanta los bancos para que puedan secarse más fácilmente.

La importancia de una buena limpieza de la sauna

Las altas temperaturas y la humedad son los dos componentes fundamentales de una sauna. Al mismo tiempo, son los dos elementos que pueden perjudicar el funcionamiento de esta instalación a largo plazo si no se garantizan unas medidas de limpieza adecuadas para eliminar todo tipo de microorganismos nocivos, hongos y bacterias.

Por lo tanto, saber cómo limpiar una sauna puede marcar la diferencia en el tipo de experiencia a la que tienen acceso los usuarios, además de ser esencial para prolongar la vida útil de la sauna.