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Es evidente que los operadores de piscinas deben prestar mucha atención al mantenimiento de sus instalaciones. Debido a la creciente complejidad de éstas, hay que tener en cuenta un gran número de sistemas y accesorios. Por eso, un mantenimiento adecuado debe ser holístico, cuidando toda la instalación y sin descuidar ninguno de los elementos de la piscina.

El mantenimiento de una piscina implica controlar la calidad del agua, la filtración y la recirculación, la desinfección, la limpieza de las paredes y el fondo de la piscina, el mantenimiento de los accesorios y el control de la humedad y la temperatura.

En este artículo, presentaremos cada uno de estos aspectos y la información clave que deben conocer los operadores de piscinas. Esto es crucial no solo para cumplir la normativa local y los requisitos de seguridad, sino también para crear un espacio seguro, atractivo y agradable para los bañistas y nadadores.

Niveles de pH del agua

El agua de la piscina es, sin duda, el elemento más importante en el mantenimiento de cualquier piscina. Y todo empieza por controlar y adaptar el nivel de pH, es decir, el indicador de acidez o alcalinidad del agua. Este es el primer y principal indicador de una piscina bien equilibrada.

El intervalo de pH recomendado se sitúa entre 7,2 y 7,8. Mantener el agua entre estos parámetros es esencial. Unos parámetros descontrolados podrían provocar problemas como irritación en la piel, daños en el equipo de la piscina, agua verde y agua turbia, entre otros.

El nivel de pH puede fluctuar debido a factores como las precipitaciones, los cambios de temperatura, la entrada de residuos externos en la piscina, el uso de los bañistas, la caída de cremas de protección solar, etc. Por lo tanto, es esencial analizar periódicamente el agua de la piscina para asegurarse de que el nivel de pH se encuentra dentro de los límites recomendados.

Comprobar el pH de una piscina es sencillo. Se puede realizar mediante un kit de análisis del pH, que incluye tiras reactivas o un reactivo líquido, una tabla de colores e instrucciones. Sin embargo, lo óptimo es integrar un controlador automático de pH (como las bombas dosificadoras de PH/ORP AP PR Series, Guardian Pool o Acqua Dos), que garantiza que la piscina esté siempre en buenas condiciones y evita realizar cualquier prueba manual.

También es importante analizar y controlar la alcalinidad de la piscina. Esto ayuda a evitar cambios bruscos en el pH y a garantizar que el cloro actúa eficazmente para mantener limpia el agua. Los niveles recomendados son de 100 a 150 ppm.

Recirculación del agua

La recirculación eficaz y sostenible del agua permite reutilizar el agua de la piscina y reducir así su consumo. Para ello, se recoge el agua contaminada, se filtra, se desinfecta y se devuelve a la piscina.

La recirculación del agua también ayuda a garantizar que los agentes desinfectantes y otros productos se distribuyan uniformemente en el agua. También elimina los llamados «puntos muertos» de agua estancada, garantizando que toda la piscina esté limpia.

El tiempo que tarda todo el volumen de agua en pasar por el sistema de filtración de la piscina se denomina tiempo de recirculación. En cada país existen normas y reglamentos específicos sobre la tasa de rotación requerida para las piscinas comerciales. Se trata de un indicador esencial de la capacidad de la instalación para mantener la calidad del agua.

Para garantizar una recirculación eficiente y eficaz del agua, las bombas de velocidad variable son la elección óptima. Se adaptan a las necesidades de la piscina en tiempo real y ayudan a mantener el agua fresca y segura para su uso.

 

Filtración del agua

Los sistemas de filtración eficientes son también una piedra angular del mantenimiento de una piscina. Una piscina funciona a pleno rendimiento cuando cuenta con el tamaño de filtro correcto, un medio filtrante adecuado y cuando el mantenimiento rutinario se realiza correctamente. Garantizando de esta forma una menor necesidad de utilizar productos químicos para la desinfección.

Todos los medios filtrantes están hechos de materiales granulares, como arena, perlita y vidrio. Situados en el interior del filtro, es donde quedan atrapados los residuos del agua. Estos combinan eficiencia y pocos requisitos de mantenimiento.

Para el filtro, el requisito fundamental es escoger un tamaño adecuado en relación al tamaño de la propia piscina. Las piscinas comerciales deben optar por filtros de plástico reforzado con fibra de vidrio (PRFV), muy resistentes a los productos químicos y al desgaste mecánico, por lo que gozan de una vida útil más larga.

Independientemente del tipo de filtro, con el tiempo se acumulan restos de cal, restos orgánicos y sedimentos, que se adhieren a los medios filtrantes y empiezan a reducir su eficacia. Para evitarlo, conviene llevar a cabo una serie de actividades de mantenimiento, entre las que se incluyen:

  • Retrolavado. Se trata de un proceso que hace que las corrientes de agua fluyan hacia arriba, con el objetivo de barrer las partículas de suciedad que quedan atrapadas en el medio filtrante y eliminarlas. Es aconsejable realizar un contralavado cada dos semanas, como mínimo una vez al mes, dependiendo del tamaño de la piscina y su intensidad de uso, así como de su sistema de filtración;
  • Lavado por aire. Como alternativa al lavado a contracorriente, este proceso reduce el consumo de agua y puede limpiar el medio filtrante con mayor eficacia. El aire se inyecta a través de una conexión especial en la parte inferior del filtro o por la entrada de agua de retrolavado. Este proceso sólo consume electricidad, de ahí su mayor eficiencia;
  • Cambio de los medios filtrantes. Los operadores de piscinas deben comprobar el medio filtrante de forma rutinaria y asegurarse de que la profundidad de su lecho es suficiente, expandiéndose como se espera durante el contralavado. Tan pronto como sea necesario, el medio filtrante debe cambiarse para obtener un mejor rendimiento.

En cuanto a los medios filtrantes, también existen filtros regenerativos que atrapan las partículas en la superficie de tubos flexibles recubiertos de perlita. En cuanto la perlita se satura, el filtro la regenera mediante vibración. Con los filtros regenerativos, se puede ahorrar hasta un 50% de energía y también reducir el uso de productos químicos (alrededor del 30%).

Por último, otra forma de mejorar la eficacia y eficiencia de los sistemas de filtración del agua es la floculación. Este proceso amplía el tamaño de las partículas de suciedad, lo que hace que sean más fáciles de atrapar por los filtros de agua de la piscina.

Desinfección del agua

Además de recircular, filtrar y tratar el agua asegurando un equilibrio óptimo del pH, otra actividad para mantener la piscina es la desinfección. Es la forma de mantenerla segura e higiénica para su uso general. También es una forma de prolongar la vida útil de los accesorios y componentes de la piscina, protegiéndolos de la contaminación, el óxido, etc.

Los sistemas de desinfección actúan eliminando las impurezas y cualquier sustancia potencialmente nociva del agua. Funcionan con productos químicos, manualmente o mediante el uso de sistemas automatizados como Heliox UV, Neolysis o Freepool2, añadiendo cloro o sal al agua de la piscina para mantenerla libre de contaminantes.

El cloro es el producto químico desinfectante más conocido y popular para piscinas. Ayuda a eliminar algas, bacterias y otros elementos del agua. Aunque su popularidad ha disminuido un poco desde la irrupción de los sistemas de cloración salina que utilizan sal para la desinfección.

La sal es una forma mucho más natural y ecológica de desinfectar el agua de la piscina. Los sistemas basados en la sal generan cloro mediante electrólisis, un proceso que separa los elementos de cualquier compuesto a través de la electricidad. El agua salada se utiliza para disolver el cloro y desinfectar instantáneamente el agua de la piscina.

Además, algunos sistemas también incorporan tecnología ultravioleta dentro del mismo equipo de electrólisis salina, potenciando la higiene y el ahorro en el consumo de agua. La incorporación de una lámpara UV de media presión descompone el ADN bacteriano cuando el agua pasa sobre ella, reduciendo así la necesidad de utilizar más productos químicos para la desinfección.

Limpieza de la piscina

El mantenimiento de una piscina también incluye la limpieza del propio vaso, es decir, las paredes y el fondo de la piscina. Para la limpieza diaria, los limpiafondos automáticos y manuales barren el vaso con bastante eficacia. Para las secciones más pequeñas y difíciles de alcanzar, se pueden utilizar productos específicos aplicados con cepillos manuales o desincrustadores de alta presión al menos dos veces por semana.

Si la piscina está construida con paneles y revestimiento de PVC o gresite, la limpieza es más rápida y sencilla, ya que no hay juntas ni pequeñas zonas de difícil acceso. Si encuentra manchas orgánicas en estas superficies, los mejores productos para eliminarlas son los llamados «borradores mágicos» y las piedras de arcilla blanca.

En algunos países, la normativa exige que las grandes piscinas comerciales con muchos usuarios se vacíen completamente una vez al año, para garantizar la limpieza del agua, por lo que es una buena ocasión para limpiar el vaso por completo.

Además del vaso de la piscina, también es necesario mantener limpios varios elementos y accesorios: escaleras, barandillas, el canal rebosadero, podios, jets de agua, duchas, luces, piezas ornamentales, etc. Todos ellos deben limpiarse manualmente unas dos veces por semana con esponjas y productos desinfectantes adaptados a cada material.

Por último, los sistemas hidráulicos y sus equipos asociados, que ayudan a controlar la calidad, el volumen y la temperatura del agua, también deben ser revisados y limpiarlos con regularidad para que funcionen a pleno rendimiento.

Mantenimiento de elementos de acero inoxidable

Las piscinas y accesorios de acero inoxidable integran unos mayores niveles de higiene y requieren menos mantenimiento y uso de productos químicos en general. El acero inoxidable puede limpiarse fácilmente mediante el lavado a alta presión con agua y productos desinfectantes específicos.

Para evitar la oxidación o la corrosión, la limpieza del acero inoxidable debe tener en cuenta los siguientes aspectos:

  • Asegurarse de que se mantiene el pH del agua equilibrio durante toda la temporada;
  • Utilice cepillos especialmente diseñados para no rayar el acero;
  • Evite el papel de lija, los estropajos o los productos químicos agresivos;
  • Utilice un pulimento especial seguido de abrillantador para eliminar las manchas de óxido y la acumulación de calcio;
  • Limpie y elimine siempre primero la suciedad acumulada y, a continuación, lave con una solución jabonosa neutra con agua del grifo; aclare con agua limpia y seque con un paño.

Las piscinas y accesorios de acero inoxidable (escaleras, barandillas, instalaciones de duchas de cascada/caída de agua, skimmers, chorros de agua, filtros, rejillas, elementos de iluminación, etc.) deben limpiarse al principio una vez a la semana. Cuando no se utilicen, es mejor retirar los accesorios que puedan degradarse, limpiarlos y guardarlos hasta la próxima temporada de baño.

Niveles de temperatura y humedad

El uso de bombas de calor y refrigeración de alto rendimiento, así como de cubiertas térmicas para piscinas, te ayudarán a mantener la temperatura ideal de la piscina y a prolongar la temporada de baño.

Las bombas de calor ofrecen grandes niveles de eficiencia y un importante ahorro energético. Los modelos más innovadores permiten a los operadores ahorrar considerablemente, ya que hasta el 80% de la energía utilizada para calentar la piscina procede del aire.

En las piscinas que no están cubiertas, el agua se evapora en una proporción importante. Esto puede provocar la pérdida de agua, el descenso de la temperatura del agua y un exceso de humedad en el aire. Las cubiertas se utilizan para evitar este fenómeno en la medida de lo posible. También son una ayuda importante para reducir el consumo de agua y energía.

Además, un aire excesivamente húmedo puede provocar moho, daños estructurales, corrosión y un deterioro más rápido, junto con un entorno incómodo e insalubre para los usuarios de la piscina. En el caso de los entornos de alta humedad, se deben utilizar deshumidificadores para mantener una piscina cubierta en el rango ideal de humedad de 55-65%, además de desinfectar el aire con un sistema UV.

Control remoto automático: Soluciones inteligentes para el mantenimiento de piscinas

Siempre es una limitación importante tener que estar presente in situ para mantener, controlar y limpiar la piscina, especialmente para aquellos operadores de piscinas comerciales con más de una piscina bajo su supervisión. Este escenario también conlleva mayores costes, recursos y tiempo extra para garantizar que todo funciona correctamente en cada piscina.

Las soluciones para piscinas inteligentes permiten a los operadores automatizar una gran parte de las tareas de mantenimiento de una piscina, al tiempo que acceden a toda la información clave de los indicadores de la piscina (niveles de humedad, equilibrio químico del agua, temperatura, etc.). Mediante el acceso remoto en línea y las actividades programadas, los operadores de piscinas pueden gestionar la filtración y recirculación del agua, el sistema de desinfección, los niveles de agua, la temperatura, la iluminación e incluso los elementos acuáticos como los jets de hidromasaje. Todo ello supone un importante ahorro de tiempo, dinero y esfuerzo humano.

Tener una piscina inteligente proporciona tranquilidad, calidad del agua 24/7, ahorro, mayor durabilidad y un ciclo de vida más largo. Unifica todas las actividades de mantenimiento de una piscina bajo un mismo dispositivo y proporciona una instalación eficiente y sostenible al mismo tiempo.

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